
Por norma general, las bacterias suelen ser tan pequeñas que necesitamos un microscopio para poder verlas, pero la bacteria recién descrita en la revista Science es mucho, mucho más grande que lo que jamás hayamos observado. Posee una única célula filiforme pero tan grande que es visible a simple vista: crece hasta 2 centímetros y es 5.000 veces más grande que muchos otros microbios.
Esta bacteria gigante podría ser el eslabón perdido entre los organismos unicelulares y las células que componen a los humanos.
Una bacteria tan grande que es visible a simple vista
Esta bacteria gigante con forma de hilo, originaria de los manglares del Caribe, puede crecer hasta aproximadamente del tamaño de una mosca, ampliando los límites de lo que creíamos biológicamente posible para un organismo unicelular.
Ha sido bautizada como Thiomargarita magnifica por un equipo internacional de investigadores, que incluía científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de EE. UU.
Teniendo este colosal tamaño para ser una bacteria, podríamos pensar que sería un ser multicelular, pero de hecho sigue siendo un organismo unicelular. Con sus 2 centímetros de largo y su forma de cuerda, tiene una extraña peculiaridad que la distingue de la mayoría de las bacterias: lleva todo su material genético dentro de una bolsa membranosa (mientras que la mayoría de las demás bacterias dejan su ADN flotando).
De ahí que los científicos afirmen que se puede clasificar en algún lugar entre un organismo procariota (células simples, sin un núcleo bien definido y cuyo material genético se reparte por todo su interior) y un eucariota (células bastante más complejas y compartimentadas, con un núcleo rodeado por una membrana que guarda el ADN y orgánulos que cumplen diferentes funciones, como los árboles y los seres humanos). Y es que, esta característica no solo distingue a la bacteria recién descubierta de otras bacterias, sino que también la distingue de otros procariotas, un grupo de organismos con estructuras celulares muy pequeñas y simples.
Aparte de portar su ADN en una bolsa unida a una membrana, también lleva una segunda bolsa grande llena de agua, que ocupa más del 70% del volumen total de la célula, según informan los investigadores. El mayor ejemplar observado por los investigadores medía 2 cm de largo, aunque creen que podría haberlos aún más grandes.
¿Cómo ha podido crecer tanto esta bacteria?
Precisamente el secreto del gran tamaño de T. magnifica puede residir en la disposición de su material genético, que es totalmente atípico. Ya hemos comentado que las bacterias y otros microbios unicelulares llamados arqueas se clasifican como procariotas, mientras que los organismos multicelulares como los árboles se clasifican como eucariotas. Una de las diferencias definitorias entre los dos es que los procariotas tienen ADN que flota libremente, mientras que los eucariotas empaquetan su código genético en un núcleo.
Cuando los investigadores secuenciaron el genoma de esta bacteria gigante, quedaron asombrados por su tamaño: 11 millones de bases que se alinean para formar 11.000 genes. A modo de comparación, una bacteria común y corriente solo tiene alrededor de 4 millones de bases y alrededor de 3.900 genes. Una bacteria con una maquinaria biológica innovadora.
“Es importante destacar que mostramos que los filamentos de Thiomargarita de un centímetro de largo representan células individuales con material genético y ribosomas compartimentados en un nuevo tipo de orgánulo unido a la membrana. La secuenciación y el análisis de los genomas de cinco células individuales revelaron información sobre distintos mecanismos de división celular y elongación celular”, apuntan los expertos.
¿Qué significa este hallazgo?
El origen de la vida compleja es una de las preguntas más importantes, aún sin respuesta, en biología.
Este descubrimiento es todo un desafío, ya que sugiere que las dos ramas principales de la vida no son tan diferentes después de todo, y que la bacteria T. magnifica podría ser el eslabón perdido que explica cómo evolucionó la vida compleja a partir de los organismos unicelulares más primitivos hace más de 1.000 millones de años.
“Con demasiada frecuencia, se piensa que las bacterias son formas de vida pequeñas, simples y ‘no evolucionadas’, las llamadas ‘bolsas de proteínas'”, explicó Chris Greening, un microbiólogo de la Universidad de Monash que no participó en el estudio a la revista Science. “Pero esta bacteria muestra que esto no podría estar mucho más lejos de la verdad”. Informe extraído de muyintereasante.es
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