
Algunos de los parajes más extraños de la tierra se encuentran en el continente australiano. Aunque la estructura de sus ecosistemas es muy similar a la de otros continentes, los seres vivos que los componen son, en muchas ocasiones, muy distintos. Es habitual encontrar en Australia organismos extraños que presentan adaptaciones únicas y que despiertan nuestra curiosidad, como el diablo de Tasmania, un pequeño carnívoro marsupial; el pulpo de anillos azules, una diminuta criatura de las más venenosas del mundo; o el ornitorrinco, un mamífero ovíparo que resulta ser el único representante venenoso conocido de este gran grupo de animales.
El canguro como icono australiano
Pero si hay un animal icónico de Australia, sin duda, es el canguro. En realidad no se trata de una sola especie, sino que es un grupo heterogéneo, los macropodinos, que contiene 9 géneros conocidos con más de 50 especies vivas, entre ualabíes, pandemelones, ualarúes, el quokka, y los propiamente denominados canguros. El más característico de todos, por su abundancia y por su tamaño imponente, es el canguro gigante (Macropus giganteus). El canguro y especies afines pertenecen al gran grupo de los marsupiales. A diferencia de los mamíferos placentarios —aquellos que gestan a sus crías con una placenta, como los primates—, los marsupiales paren crías extraordinariamente inmaduras, que son alojadas en un saco especial, denominado marsupio, en cuyo interior se encuentran las mamas. Allí se anclan a un pezón y continúan su desarrollo hasta que alcanzan la madurez suficiente para sobrevivir en el exterior.
Todos los macropodinos son endémicos de Oceanía y no se encuentran de forma silvestre en ningún otro lugar del mundo. Los motivos principales de esta ubicación tan exclusiva tienen que ver con la paleogeografía y la evolución de estos animales. Para comprender, por tanto, por qué todos los canguros están en Australia, debemos remontarnos hasta 80 millones de años antes de la extinción de los grandes dinosaurios.
Breve historia evolutiva de los marsupiales
Los marsupiales divergen de los mamíferos placentarios a principios del período Cretácico, hace unos 145 millones de años, en el territorio de la actual China. Durante este período, se diversificaron y colonizaron el supercontinente de Laurasia, donde coexistían con los placentarios primitivos. Poco después, ambos grupos de mamíferos colonizaron Gondwana. Cuando este supercontinente comenzó a fragmentarse, los mamíferos ya habían colonizado lo que hoy es Sudamérica, unida entonces a la Antártida —que aún no estaba cubierta de hielo— y Australia.
Los marsupiales, desde Sudamérica, a través del paso por la Antártida, llegaron a Australia. Se cree que varios grupos de marsupiales viajaron en ambas direcciones durante cierto tiempo, recolonizando Sudamérica desde Australia. Pero el continente oceánico se separó del bloque que formaba hace unos 45 millones de años, antes de la llegada de los placentarios. A finales del Cretácico, hace 66 millones de años, tuvo lugar uno de los eventos de extinción masiva más fuertes de la historia de la vida, tal vez el más conocido entre el público, que provocó la desaparición de la mayoría de dinosaurios y la muerte de otras muchas otras especies. Los mamíferos supervivientes, tanto placentarios como marsupiales, ocuparon los nichos ecológicos vacíos en una radiación evolutiva.
A medida que los continentes se iban separando, las poblaciones de animales que vivían en ellos se iban aislando.Durante la era Cenozoica, los placentarios mostraron una ventaja evolutiva significativa respecto a los marsupiales, un sistema reproductor más eficiente que garantizaba una mayor supervivencia de las crías. En aquellos lugares donde existían los dos grupos, los placentarios se impusieron sobre los marsupiales. Solo en Australia, donde no había placentarios, y en Sudamérica, donde su presencia era anecdótica, los marsupiales consiguieron prosperar.
45 millones de años de aislamiento
Con la formación del istmo de Panamá que unió Norteamérica con Sudamérica, se produjo un gran intercambio de fauna entre ambos continentes. De nuevo, los marsupiales encontraron una competencia desigual con los placentarios, y muy pocos grupos consiguieron sobrevivir. Sin embargo, Australia permaneció aislada, sin movimientos de fauna durante 45 millones de años. Y eso permitió a los marsupiales adquirir toda suerte de formas y aspectos.
Los macropodinos, el grupo que, como habíamos definido, engloba a canguros y especies afines, tiene su origen evolutivo en Australia a mediados del Mioceno, hace entre 12 y 16 millones de años. Al no tener contacto con otro continente, el grupo de los macropodinos permaneció en Oceanía. Los canguros no tuvieron la competencia de otros mamíferos, y pudieron convertirse, así, en grandes herbívoros dominantes de este paraje tan peculiar. Informe extraído de muyinteresante.es
Si deseas más información relacionada, te sugerimos ver: